Uno de los problemas con los que me encuentro con decenas de clientes que ya estáis en a lo que yo denomino “Fase 3”, es decir, que lleváis mucho tiempo padeciendo el acoso, es que debido con el transcurso del tiempo vuestra autoestima se os ha ido mermando hasta unos niveles bajísimos. El ¨cáncer-deudal» os ha dejado sin ánimo ni aliento. El efecto y las consecuencias de ello es que estáis deprimidos y empezáis a adoptar el papel de víctimas, incluso me indicáis que habéis pensado en el suicidio.  Entiendo que esto os suceda, pero como mi trabajo es sacaros del hoyo en el que os habéis metido no tengo más remedio que hablaros muy claro. Es necesario que sufráis un  «crack mental» que os haga reaccionar.

Mirad, para salir adelante en vuestras circunstancias, no basta con que os acojáis a la Ley de Segunda Oportunidad o a una Propuesta Anticipada de convenio. Tenéis que trabajar por fortalecer vuestra seguridad en vosotros mismos para poder reinsertaros nuevamente a una vida normal.

Es importante que entendáis, que todo parte de vosotros.

El título que doy a este post “No ruegues, seduce para salir de las deudas” os podrá resultar muy confuso, pero ahora os lo explicaré.

Cuando una persona deja de valorarse y de quererse refleja su estado personal al exterior, es decir, a los demás como si de un espejo se tratara. Por ello, si vosotros mismos no os valoráis como pretendéis que los demás lo hagan.

Os pondré un ejemplo muy fácil, si vais a ir a tomar algo a un restaurante y en una misma calle hay dos y uno de ellos está lleno y el otro vacío con alguien suplicando que entréis ¿a cual de ellos iríais? Obviamente, lo primero que pensaríais es que el que está vacío no será muy bueno y, por el contrario, que el que está muy lleno será excepcional, es decir, os resultará más atractivo y entraréis en él aunque tuvierais que esperar mucho para que os atendieran.

Todo aquello que nos resulta más atractivo nos atrae, pero eso no es casual, eso es fruto de connotar y de reflejar aspectos positivos que nos hace interesante ante los demás. Rogar para conseguir algo no es atractivo, quien ruega a los demás pierde valor ante ellos y difícilmente podrá avanzar y conseguir metas más altas.

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Y ¿por qué digo seducir?

Para seducir a los demás en todos los planos de la vida y no solo en el de la conquista, hay que mostrar valor, el valor no se consigue suplicando y ni mostrando necesidad. Cuando se seduce no se ruega, pues no se debe mostrar necesidad. Se debe mostrar valor, y ¿como lo conseguimos? Pues fortaleciendo nuestra autoestima, nuestra personalidad, nuestra comunicación verbal y no verbal, nuestra forma de hablar, nuestra forma de movernos, nuestros gestos, nuestra ausencia de ansiedad, etc.

Es muy importante recuperar la confianza, ello se consigue fortaleciendo todos los aspectos que acabo de describir. Si las deudas os han dejado mal, muy mal, máxime por el acoso de los acreedores que os humillan debéis trabajar en desarrollaros personalmente, no eres ningún sinvergüenza, buscad información, superaos, quejarse y rogar no arregla nada pues atraeréis lo mismo que refleja vuestra baja autoestima.

Si, por ejemplo, te has quedado sin trabajo, y necesitas encontrar otro trabajo, difícil será que te lo den si ruegas pues se te verá como un necesitado que no tienes otras opciones, por el contrario, si seduces por tu alto valor y confianza el entrevistador lo percibirá pues tu se lo estarás transmitiendo. Tenemos lo que somos, lo que reflejamos. Trabaja en ti mismo/a para recuperar la autoestima y tu valor y poder retomar tu vida. Desapégate de la negatividad y de los demás. Despierta de las deudas. Atrévete a salir de las deudas. Seduce, no ruegues.

Guillermo González Fernández

Abogado y Sociólogo defensor del derecho a una segunda oportunidad

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