Sólo un 2% de las familias insolventes solicitan el Concurso de acreedores para convenio como medio para salir de la ruina. La mayoría de ellas por desconocimiento.
Partamos de un ejemplo sobre una deuda de 50.000 euros.
– Sin concurso pueden llegar a pagar 150.000 euros a lo largo de 15 ó 20 años.
– Con concurso podrían pagar unos 25.000€ euros en 5 años.
Consecuencias de no pedir el Concurso de Acreedores.
Cuando una familia entra en una situación de insolvencia incumplimiento de forma generalizada con sus compromisos de pago ante sus acreedores comienza una pesadilla que puede ser de por vida.
En una primera etapa, los bancos y financieras comenzarán con el acoso telefónico a todas horas, incluyendo a familiares y vecinos, lo que mermará profundamente la autoestima de los miembros de la familia.
Dichos bancos y financieras, pasados unos meses, si no han cobrado las deudas, pasaran a los departamentos jurídicos los expedientes lo que supondrá un importante incremento de las deudas familiares debido a los altos intereses y gastos jurídicos.
Con el paso del tiempo, los acreedores más aventajados en la reclamación legal de las deudas comenzarán a aplicar embargos sobre las familias. Si son múltiples los acreedores, en la medida en que el primero ejecuta un embargo, por ejemplo la nómina, los demás acreedores quedarán a la espera de que el primer acreedor satisfaga su deuda, es decir, haya cobrado la totalidad con intereses y gastos judiciales. Una vez haya cobrado el primero (pasado unos años) el siguiente acreedor que presentara la reclamación judicial comenzará a ejecutar el embargo la nómina, aplicando los intereses y gastos judiciales desde que se produjo el comienzo del impago de su deuda por parte de la familia. Y así sucesivamente, pagado a este acreedor entra el siguiente a ejecutar el embargo de la nómina, etc. Pasado algún tiempo algún acreedor venderá su deuda a un fondo buitre y éste continuará con el acoso de llamadas durante años.
Todo esto ¿en que se traduce? Si por ejemplo la suma total de la deuda familiar era de 50.000 euros, puede ser, dependiendo de la cantidad embargable de la nómina, que la familia acabe pagando más de 150.000 euros al cabo de 15 ó 20 años.
Ventajas de pedir el Concurso de Acreedores
Por el contrario, si la misma familia pide el concurso de acreedores de familia al inicio del impago de sus deudas, declarado el concurso cesaran las llamadas telefónicas, todos los intereses quedarian congelados y no se generarian gastos judiciales de los acreedores, mediante un convenio, la deuda total quedaría reducida (normalmente) a la mitad, y la familia tendría un plazo de 5 años para pagarla, además de salir de las listas negras tipo “Asnef”. Es decir, los 50.000 euros se quedarían en la mitad, unos 25.000 euros pagaderos en cinco años a un pago por año.
Luego la diferencia de pedir o no el concurso sería:
– Sin pedir el Concurso la deuda aumentaría a unos 150.000 euros durante 15 ó 20 años, tendría embargos permanentes durante ese período de tiempo, podría sufrir la subasta de la vivienda familiar y el acoso telefónico continuará durante todo esos años.
– Pidiendo el Concurso y obteniendo un convenio la deuda quedaría en unos 25.000 euros a pagar en 5 años, sin intereses, sin embargos, sin subasta de la vivienda y sin acoso telefónico durante esos cinco años.
El ahorro sería de unos 125.000 euros.
Abogado y sociólogo experto en la Ley Segunda de la Oportunidad.
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