Sííííí, es lo correcto. Es lo que se debe hacer. Puede estar tranquilo porque está haciendo lo que la ley le exige, es un derecho recogido en la Ley, es lo normal para situaciones de sobreendeudamiento…

Gracias a ello usted normaliza su situación económica y lo acreedores conocen de su situación lo que les evita iniciar proceso judiciales contra usted que, en la mayoría de los casos, no cobraran.

También es la manera de volver a reconducir su vida que en muchos casos os véis obligados a vivir en la economía sumergida. Es la medida que os reintegra a una vida normal, el Estado puede volver a cobrar impuestos sobre usted al tener regularizada su situación. Por lo que beneficia al conjunto de partes: Acreedores, deudores y el resto de la sociedad.

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Lo raro, lo extraño, es que no haga lo que está en la Ley para casos como el suyo y siga jugando a intentar pagar a uno, ver cómo trampear para pagar a otro intentar refinanciar, meter avales en nuevas operaciones de préstamos, pedir préstamos a familiares a amigos, etc.. Basta. Hay que ser serios. Hay que ser un buen ciudadano y hacer lo correcto, lo que está en la Ley para personas que tienen deudas que ya no pueden pagar con lo que ingresan. Si no puede pagar, no engañe a nadie pues su situación no le permite endeudarse más. La huída hacia adelante buscando más préstamos y metiendo de avalistas y cotitulares a otros es una falta de responsabilidad. Se engaña usted mismo/a y para colmo abusa de la confianza de los demás a quienes mete en sus deudas y también acaban arruinandos por su falta de responsabilidad.

Su irresponsabilidad supone no sólo estrellarse usted mismo, si no que para más inri, estrellar a otros. Cuando tarde o temprano no pueda cumplir con su locura de los nuevos pagos adquiridos y arrastre por su abuso de confianza a sus seres queridos por la cobardía de no enfrentarse a su realidad, es decir, no afrontar su realidad cuanto antes, más daño se causará a usted mismo y, lo que es peor, a los demás.

La Ley de Segunda Oportunidad es legal, es lo correcto que debe hacer un buen ciudadano, pues no se engaña usted mismo, tampoco engaña a los acreedores quienes no perderán el tiempo en iniciar demandas, ni tampoco engaña ni arruina a sus seres queridos.

Guillermo González Fernández

Abogado, Sociólogo y Coach defensor del derecho a una segunda oportunidad

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