Por lo general calificar a alguien como moroso tiene un significado negativo. Parece que todo el que no paga es un sinvergüenza. En nuestra sociedad moroso se relaciona directamente con:
1. No pagar porque no se quiere.
2. Pedir préstamos sin tener seguridad de que se van a poder devolver. Mala cabeza.
3. Tener poca seriedad.
4. Incluso, ser un fracasado.
Todos estos prejuicios cargan de culpabilidad al que no puede pagar las deudas contraídas, pero no se corresponden con la realidad. Voy a demostrarlo recurriendo a los significados de las palabras moroso y morosidad en el Diccionario de la Real Academia Española:
Diccionario de la Real Academia Española:
Moroso / sa: 1. Que incurre en morosidad. / 2. Que denota o implica morosidad.
Morosidad: 1. Lentitud, dilación, demora. / 2. Falta de actividad o puntualidad.
Vemos que moroso y morosidad se refieren a demora o falta de puntualidad. Ser un deudor moroso solo implica que la persona que debe no paga la deuda en la fecha acordada. Es perfectamente compatible ser moroso y ser una persona muy seria y cumplidora, solo que las circunstancias en las que se encuentra no le permiten pagar los vencimientos de los préstamos, tarjetas u otros débitos. Por tanto, ser moroso no quiere decir ser un sinvergüenza.

Los acreedores, sus cobradores, se aprovechan y potencian la condena social al deudor moroso. Les interesa para presionarle, para actuar sobre su conciencia y que pague, aunque no pueda.
Tratamos con muchos morosos todos los días y he podido comprobar que la mayoría de ellos son personas serias y cumplidoras. Precisamente se han sobreendeudado por intentar seguir pagando sus deudas sin poder, pidiendo un nuevo préstamo o tarjeta para pagar otra deuda anterior y así la bola del débito va creciendo de manera descontrolada.
Por ser moroso, es decir, por no pagar en las fechas convenidas, no eres un sinvergüenza. No tienes que avergonzarte de nada: simplemente tienes deudas que ya no puedes pagar con lo que ingresas. Seguro que quieres pagar, pero no puedes.
Levanta la cabeza, recupera tu autoestima, tu dignidad y di: «Moroso sí, pero con mucha honra».
Ante la crisis, el Estado rescató a las Cajas y Bancos con el dinero de todos. Para los particulares y los emprendedores, el rescate que si articuló era la Ley de Segunda Oportunidad aprobada en el 2016, por ello, la única solución que existe para dejar de ser un moroso, para resolver todas las deudas y restablecer una vida destrozada por las deudas es acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad gestionada por expertos en la materia. Nuestro despacho Central Reductora de Deudas está especializado en sacar a personas y familias de toda España del pozo de las deudas. Rellena nuestro Formulario para Estudio Económico. Pronto te sacaremos de dudas.
Alejandro González Fernández Socio fundador CRD Central Reductora de Deudas
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